La sanción por amplia mayoría en el Parlamento argentino, el 7 de noviembre pasado, de la ley de nacionalización de las jubilaciones propuesta por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner provocó fuerte reacciones. Los dueños de las Admnistradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) pusieron el grito en el cielo. “¡Expropiación!”, chillaron. En todo caso, la medida provocó una fuga de capitales, fuertes bajas en las Bolsas de Buenos Aires... y de Madrid, muy preocupada por la suerte de las empresas españolas con participación en las AFJP, los organismos privados de gestión del ahorro de previsión.
En Argentina, los que se oponen a la medida acusan al Gobierno de querer meter mano a los aproximadamente 28.000 millones de dólares de las AFJP, para usarlos a discreción y afrontar importantes problemas financieros (en particular, los próximos vencimientos de la deuda externa). Sin embargo, la ley establece que ese dinero sólo (...)