El 30 de noviembre de 2007 Benedicto XVI, el Papa Ratzinger, publicó su segunda encíclica, Spe salvi. En ella presenta la “esperanza” en la vida eterna como objeto mismo de la fe y concepto central de la revelación bíblica. Según el documento, la fe es esperanza no de cambios o bienes en esta vida, sino en la vida posterior a la muerte, por la que padecieron los mártires cristianos. Vida que sin embargo ya tiene comienzo en la fe del creyente en Jesús, en las renuncias de los monjes y de los santos y de cuantos viven hoy dando testimonio de esta fe-esperanza y que se diferencia de la de los que intentan mejorar la sociedad sólo en el horizonte de esta vida.
El documento es una vigorosa presentación de la fe católica desde una perspectiva específica y diferencial en el marco de las religiones y cosmovisiones de la humanidad actual. (...)