Por primera vez opositores, representantes e industriales están de acuerdo: “Nunca había pasado algo así. Nos cuesta entender lo que pasa”, afirman apenas se menciona el asunto de los gases y el petróleo de esquisto. ¿Cómo explicar que a mediados de abril, toda la clase política haya querido prohibir su explotación? ¿De dónde viene este afán del Ejecutivo de anular lo que un año antes había autorizado muy discretamente?
En Estados Unidos, donde el gas de esquisto fue calificado durante mucho tiempo de “maná celestial”, empieza a asomar una oposición: el pasado 18 de abril tuvo lugar una manifestación en Fort Worth, Texas, y algunos municipios y también el estado de Nueva York han decretado moratorias. Una ley de prohibición sigue siendo impensable. El primer pozo de gas de esquisto fue perforado en 1821, pero el desarrollo de este recurso aumenta a finales del siglo XX y se acelera en 2005, (...)