En la autopista que lleva al centro, un grafiti enorme atrae la mirada: “No nos toca a nosotros pagar la crisis de los banqueros”. Banal desde hace algunos años en la mayoría de las capitales europeas, aquí el eslogan llama más la atención. Estamos en Río de Janeiro, donde, dos años atrás, la fiesta estaba en su momento culmen.
En marzo de 2013, en la misma ciudad, parecía que la doble vía tenía que serpentear por medio de un bosque de grúas. El estado de ánimo general inspiró al semanario británico The Economist una famosa portada: en el corazón de la tormenta financiera, sobre un fondo de bruma, la estatua del Cristo redentor levantaba el vuelo desde la cima del Corcovado. “Brasil despega”, clamaba la revista, que dedicaba catorce páginas al “éxito latinoamericano más significativo” (14 de noviembre de 2009).
Incapaz de sacar provecho de la debacle neoliberal, la izquierda europea dirigía (...)