No vamos a tragar

En los últimos años son muchas y continuas las voces que advierten y denuncian el fenómeno de concentración de las mejores tierras fértiles africanas en manos de empresarios extranjeros o firmas financieras que las utilizan a su antojo, como si fueran suyas, bien para generar productos agrarios destinados a la exportación, bien para especular con este preciado recurso finito. Y siempre ocasionando el desplazamiento de la población local, que en esos lugares tenía sus campos, sus alimentos y sus medios de vida. Después de Lo que hay que tragar, Gustavo Duch vuelve a la carga con este nuevo libro, donde advierte en la primera parte sobre los derroteros de la agricultura industrial, el hambre del siglo XXI, los especuladores, el acaparamiento y los riesgos de la alimentación neoliberal, y plantea alternativas en una segunda parte dedicada a explicar el concepto de soberanía alimentaria, por qué representa una alternativa ante los (...)