El diablo nuclear ha salido de su caja. ¿Podrá volver a introducirse? No es ninguna novedad que se está agitando en la República Popular Democrática de Corea (RPDC) –el primer ensayo balístico data de 1993–. Pero, desde el año pasado, Kim Jong-un llama a la carga a un ritmo desenfrenado: diez lanzamientos de misiles balísticos de alcance intermedio o intercontinental en veinte meses; tres ensayos nucleares reivindicados.
Esta aceleración ha sido acompañada de un desfile militar espectacular y de la difusión de imágenes saturadas de misiles y de tanques (el pasado 17 de abril), de fanfarronadas belicosas y de amenazas contra las ciudades estadounidenses, que el hombre fuerte de Pyongyang amenaza con “reducir a cenizas”, al igual que Guam, verdadero portaviones estadounidense en pleno océano Pacífico.
El artefacto lanzado el 14 de septiembre recorrió 3.700 kilómetros antes de estrellarse en el océano, mostrando así que esa isla situada a 3.400 kilómetros de (...)