En las fotografías colgadas en una pared de su apartamento, Khin Soe Myint y su marido posan sonrientes en Lashio (en el norte de Birmania) durante una ceremonia o en un viaje a Camboya. Muchos testimonios de un pasado feliz... Y además, está ese retrato. El del Mayor en uniforme del Ejército que se pudre en la cárcel desde hace ocho años acusado de traición por la Junta Militar birmana.
A la espera de una posible liberación de su esposo, Khin Soe Myint encuentra consuelo en una antigua detenida, Than Than Htay. Las dos mujeres podrían no haberse cruzado nunca. Una vivía en los barrios reservados a los altos mandos militares; la otra pasó más de diez años en prisión, condenada por atentar contra la seguridad del Estado. Su relación, improbable en la época de la Junta Militar, esboza la silueta de una tímida reconciliación entre dos facetas de Birmania. “Al (...)