Atacar violentamente al presidente George W. Bush, un “canario enjaulado”, está definitivamente pasado de moda. El nuevo deporte en boga consiste en especular acerca de la manera en que John McCain o Barack Obama rediseñará la política exterior norteamericana. Sin embargo, este ejercicio no resulta productivo.
Calígula, tercer emperador de Roma, era un déspota cruel. No obstante, se cuenta que acariciaba la idea –significativa del poco respeto que le inspiraba su personaje público–, de nombrar a su caballo preferido, Incitatus, al frente del Senado desde un puesto de cónsul. Calígula, sobreentendía, quizá, que la mecánica del Imperio Romano funcionaba por ella misma y que, una vez lanzada, podía emanciparse de su cohorte de césares.
Hoy en día, mientras Estados Unidos se encuentra en un callejón sin salida en Irak y numerosas bombas están latentes en el “Gran Oriente Medio” (Greater Middle East) y en el Cáucaso, el problema reside menos en la (...)