A su llegada a Londres, Octavianus Mote se enteró de que su amigo John Wamu Haluk, responsable de una de las más grandes empresas de Papúa, acababa de morir. La muerte lo alcanzó ese 13 de noviembre de 2014, mientras estacionaba su coche en un aparcamiento de Timika. Esta “ciudad western” del sur de Papúa Occidental (véase la leyenda de la cartografía) brotó de la tierra con la fuerza de un forúnculo a medida que el gigante minero estadounidense Freeport-McMoRan Copper & Gold Inc arrasaba el monte Grasberg para extraer sus colosales riquezas de oro y cobre. A pesar de que no se realizó ninguna autopsia, Mote está convencido: Haluk fue envenenado. Un asesinato cometido por el Badan Intelijen Negara (BIN), los servicios secretos indonesios, conocidos por sus métodos de acción tan discretos como eficaces.
Manos cálidas y rostro afable, Mote no oculta su desasosiego al pisar suelo parisino (...)