A comienzos del movimiento Occupy Wall Street (Ocupar Wall Street), los manifestantes fueron criticados porque no tenían reivindicaciones. A sus ojos este reproche es infundado: ellos luchan, en general, contra el poder de la economía, las desigualdades crecientes que sufre la sociedad estadounidense, los efectos del capitalismo sobre los más pobres… Para evitar reducir su movimiento a tal o cual cuestión particular no quisieron aclarar sus reivindicaciones. “Elaborar reivindicaciones que puedan ser satisfechas confiere necesariamente una legitimidad a los que tienen el poder de satisfacer estas reivindicaciones”, escribe la filósofa Judith Butler en la revista teórica publicada por Occupy. Quien intenta demostrar que el problema es global no puede pedir a tal o cual autoridad satisfacer una reivindicación particular.
Esta posición, teóricamente sólida, debe ser matizada. Ocupar Wall Street se ha hecho cargo realmente de muchas cuestiones particulares. Por ejemplo, ayudó a las familias pobres expulsadas de su casa después de (...)