En su estudio Au nom du 11 de septembre… Les démocraties à l’épreuve de l’antiterrorisme (La découverte, 2008), los investigadores franceses Didier Bigo, Laurent Bonelli y Thomas Deltombe analizan el cuestionamiento de las libertades individuales justificado por los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Mencionan en particular las detenciones indefinidas y el uso de la tortura.
En Guantánamo, son a menudo individuos “ordinarios”, víctimas de las circunstancias, quienes han pagado el precio de estas detenciones indefinidas. Entre los que fueron liberados, la mayoría no eran combatientes vinculados a Al Qaeda, sino extranjeros arrestados in situ, en Afganistán (donde se encontraban de turismo, o por razones de matrimonio, de religión y, algunos, de compromiso político), que fueron vendidos a los estadounidenses para cobrar primas. Tal fue el caso de Murat Kurnaz, un joven alemán de origen turco, detenido en Peshawar (Pakistán) durante un simple control (...)