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Primera decisión de Bush tras su reelección

La devastación de Faluya

Está anunciado: las elecciones en Irak deberían llevarse a cabo el 30 de enero de 2005 y la “comunidad internacional”, reunida en Charm el-Cheikh, se ha comprometido a apoyar el proceso electoral. Pero, lejos de estas declaraciones de principios, la seguridad continúa siendo extremamente inestable. George W. Bush, fortalecido por su victoria en las elecciones presidenciales, ha ordenado una ofensiva militar contra Faluya y muchas otras ciudades que están controladas por los rebeldes.

por David Baran, diciembre de 2004

La ciudad de Faluya nunca ha dejado de sentirse vejada. Y con razón. En abril de 2003, después de la caída de Bagdad, un consejo espontáneo de dignatarios religiosos y tribales había asumido el interinato tras el derrumbe de las instituciones del régimen y había enviado a un emisario a negociar con la coalición la rendición de la ciudad. Al igual que en el resto del norte del país, las fuerzas locales supuestamente leales a Sadam Husein se habían evaporado. Los habitantes reprochaban amargamente al tirano las injusticias y purgas padecidas por todas las familias y esperaban, pragmáticos, para ver qué tenían para ofrecer los estadounidenses.

No debieron esperar mucho. Una incomprensible benevolencia hacia los saqueadores permitió confirmar desde un principio la idea, muy difundida, según la cual Estados Unidos iba a Irak en persona para depredar y destruir el país. Sobre todo, las tropas estadounidenses desplegadas en la región adoptaron (...)

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