“Es ella”. Arcenio Osorio nos señala con el dedo la inmensa montaña que domina la aldea de Santiago Lachiguiri, en el estado mexicano de Oaxaca, istmo de Tehuantepec. “Ella da de beber a todas las ciudades de la región y para nosotros, los zapotecos, es sagrada. Queríamos protegerla de manera oficial”, agrega el secretario de la Asamblea Comunitaria, una estructura tradicional electa que organiza la población de la aldea. Los ocho mil habitantes del municipio siempre participaron en la preservación de “su” Cerro de las Flores. Por otra parte, la Comisión Nacional de las Áreas Naturales Protegidas (CONANP) clasificó su “biodiversidad excepcional”, debida “a la excelente conservación de los ecosistemas”.
Abajo, en los pequeños valles, crece el café de cultivo biológico. En las laderas de las montañas, se suceden árboles y sembradíos de maíz. Tras largas horas de caminata y escalada, se accede a bosques de pinos, al pie de los (...)