Con la mundalización de la información, el menor acontecimiento es hecho visible y, aparentemente, más comprensible. Sin embargo, no hay un vínculo directo entre el aumento del número de informaciones y la comprensión del mundo. Este es el nuevo dato de partida del siglo que empieza, el siglo XXI: la información no crea comunicación. Se hace patente la ruptura entre información y comunicación, la dificultad de pasar de una a otra.
El trabajo de Wolton, una de las autoridades internacionales más relevantes en la comunicación y los nuevos medios, desde hace años trata de no disociar la “buena” información de la “mala” comunicación y de pensar en las dos en conjunto. Hay que señalar la paradoja actual: la omnipresencia de las técnicas, en un mundo abierto, saturado de informaciones, no es suficiente para disminuir las aporías de la comunicación.
Y trata de mostrar por qué el verdadero desafío concierne más a la (...)