Después del turismo tradicional, ahora le toca vivir su “democratización” al turismo sexual. Cada vez más, se observa el crecimiento de una “prostitución a la carta”, una tendencia que, finalmente, no hace más que seguir la de los viajes a la carta… Ya no resulta extraño toparse, en Phuket o Ko Samui, por mencionar el caso de Tailandia, con un viajero occidental que lleva, en el asiento trasero de su moto o de la mano, a una girlfriend –denominación oficial y más aceptable de la prostituta– que ha alquilado por una semana o un mes.
El turismo sexual vive un efecto “bola de nieve” que no lo protege de la masificación. Siempre en Tailandia, los nuevos clientes son cada vez con mayor frecuencia jóvenes occidentales en busca de aventuras y sensaciones fuertes. Reemplazan poco a poco a los viejos turistas alemanes, japoneses o estadounidenses quienes, a su vez, habían sucedido a (...)