Grafiteros: cuánta energía desaprovechada. Las magníficas fotografías de este libro hacen que cueste dejar de pensar que la acción supuestamente rebelde de los protagonistas se limita a una transgresión vacía, que exalta su identidad individual frente a otros semejantes con los que compiten por marcar espacios urbanos con sus firmas, por cierto siempre muy parecidas.
El autor de las fotos, Jeosm, es uno de ellos. Y aunque su relato visual es excelente, las imágenes sólo representan un modelo venido –cómo no– de las subculturas norteamericanas promocionadas por los poderosos circuitos de generación de modelos, precisamente por carecer de iniciativa transformadora. Como ha dicho el propio autor “las más son fotografías es busca del ‘spot’ perfecto, del mejor sitio donde escribir con spray, cuando más grande mejor, tu nombre”.
Oficialmente los grafiteros ejercen una acción ilegal; realmente a la autoridad sólo le interesa mostrar de vez en cuando una teatral indignación frente (...)