En numerosos países asiáticos, las desigualdades de sexo toman un giro dramático que puede incluso afectar al equilibrio demográfico. Sin intervención humana, el número de mujeres en esos países superaría los noventa millones (equivalente a dos veces la población española y vez y media la de Francia). Estos países no verían forzosamente aumentar su población, pero tampoco los hombres estarían en aplastante mayoría. Aborto selectivo, maltrato de mujeres, política para la infancia, única en China, presiones para el control de natalidad por todas partes han llevado a esta situación inédita en el mundo. Las razones son a la vez políticas, económicas, sociales, culturales y religiosas…pero a menudo muy alejadas de las ideas preconcebidas. Así, por ejemplo, las familias más ricas no son las menos selectivas.
“¿Qué tipo de mujer quiero?”, se asombra un joven chino de unos treinta años, “¡Qué importa! Es tan difícil conseguir una mujer ahora. ¡Quiero una, (...)