La elección de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos es una revolución sin precedentes. Por primera vez, un hombre de color alcanza el puesto supremo. Al escoger al candidato demócrata, los electores estadounidense han querido cambiar también la línea de la política exterior, después de la desastrosa Administración de Bush.
Ello representa igualmente un buen augurio para las futuras relaciones entre La Habana y Washington. Como un símbolo, Obama es el primer candidato presidencial demócrata que gana el voto hispano del estado de Florida, donde residen cerca de 800.000 cubanos, por un amplio margen del 57%.
Los cubanos de la Isla acogieron la elección de Obama con una mezcla de prudencia y satisfacción. “Sin duda es más inteligente, culto y ecuánime que su adversario republicano”, declaró Fidel Castro con respecto a él. Se trata del “mejor orador político de Estados Unidos de las últimas décadas”, añadió, alabando sus “ideas bien (...)