El derecho del trabajo es, junto con la seguridad social, el gran invento jurídico del siglo XX. Con todo, a partir de los años 1980, los derechos laborales en España dejaron de ser “intocables”. Aunque el virus de la flexibilidad apareció como una respuesta “urgente” y coyuntural a la situación del mercado, ahora se presenta como una “necesidad objetiva” exigida por la competitividad internacional. De su mano surge el boom de los contratos atípicos y la multi-diversidad jurídica que ha acabado con la identidad original del derecho laboral. La desregulación posibilita tanto la “flexibilidad funcional” dirigida a los trabajadores cualificados de la propia plantilla, como la “flexibilidad numérica” que permite contratos temporales, ETTs, subcontratas y precariedad.
En la actualidad, la Estrategia Europea de Empleo ha universalizado la “deslaboralización” como fórmula de creación de empleo. Así que oyendo a Zapatero reclamar un Pacto por el Empleo en la Unión Europea y un (...)