Elogio del bistrot.

El etnólogo y escritor francés Marc Augé, quien fue presidente de la École des Hautes Études en Sciences Sociales, es el autor de este breve libro donde reivindica la importancia del bistrot para la cultura francesa. Pero no porque fueran frecuentados por la elite intelectual, sino porque los vecinos de París los hicieron suyos, pasaron a formar parte de su vida cotidiana y se convirtieron en el espacio de socialización por antonomasia. Augé realiza un recorrido por las historias de los bistrots parisinos repleto de comentarios, apuntes y recuerdos personales que engancha desde la primera página. El bistrot está siempre disponible, abierto prácticamente todo el día, es un lugar sencillo y cálido, tenemos muchos platos donde elegir, no es pretencioso –como pueden ser los cafés–. La vitalidad de París se expresa en sus bistrots porque son lugares donde predomina la comodidad, el compañerismo efímero, donde se entremezclan los parroquianos con (...)