Fue necesario más de un mes de negociaciones para que finalmente, a principios de agosto de 2005, se firmara un acuerdo según el cual Suráfrica le prestará a su vecino Zimbabue 500 millones de dólares. Harare podrá afrontar así los vencimientos más urgentes y, particularmente, poner fin a la grave escasez de productos de primera necesidad –como la harina y el aceite– y de combustibles, que ha paralizado al país en estos últimos meses. Podrá comprar 600.000 toneladas de maíz para conjurar los riesgos de hambruna, pagar la deuda energética (especialmente a Suráfrica y Mozambique) e importar los repuestos para volver a hacer funcionar la central térmica de Hwange, en el noroeste del país, paralizada desde hace varios meses…
Pero los dirigentes surafricanos favorables al salvamento in extremis de la arruinada economía zimbabuense estaban especialmente preocupados por el pago del atraso de la deuda de Harare al Fondo Monetario Internacional (FMI), (...)