Si bien los incidentes en el Mar de China se han multiplicado en los últimos dos años, la mayoría de los conflictos territoriales se remontan al final de la Segunda Guerra Mundial y fueron reavivados por la tercera Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), adoptada en 1982. Ésta establece, fuera de las aguas territoriales (hasta a 22 km de las costas), zonas económicas exclusivas (ZEE) extendidas (650 kilómetros), que autorizan a un Estado a explotar en dicha zona los recursos energéticos, pesqueros y otros. Esta convención tardó una década en entrar en vigor. En 1996, Japón y luego China la ratificaron; en la actualidad, la han adoptado 162 naciones (Estados Unidos se sigue negando).
Como observa el investigador Gavan McCormack, gran especialista en Japón, “en términos marítimos, uno de los efectos de esta Convención fue que reforzó los derechos de Japón como una potencia mundial importante. (...)