La catástrofe de las elecciones de 2007 ha disipado las ilusiones generadas por la victoria del “no” en el referéndum de 2005, y ha permitido apreciar la profundidad de la crisis de la izquierda francesa, derivada del fracaso consecutivo a su victoria de 1981. Cuando a los dos años de gestión de gobierno, la izquierda no tuvo más remedio que abandonar su programa, se quedó sin propuestas en materia de política socioeconómica. Aplicó entonces, en el mejor de los casos, un neoliberalismo apático, y adoptó un discurso esencialmente moralizante donde antepone los “valores” de antirracismo, feminismo, antifascismo, etc., que supuestamente la distinguen de la derecha.
En lo concreto, una de las pocas iniciativas de la izquierda fue poner en marcha la “construcción europea”. Que tuvo como efecto principal imposibilitar toda alternativa al neoliberalismo. Los socialistas y los Verdes, que alentaron esta construcción en nombre de sus “valores”, principalmente el antinacionalismo, pusieron (...)