Al término de las conversaciones secretas entabladas en junio de 2005, ETA, responsable de muchos atentados mortales, y el Gobierno de Madrid, salido del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), habían llegado, en febrero de 2006, a un acuerdo de principio, parcialmente revelado por los medios, para iniciar negociaciones de paz. De acuerdo con el modelo del proceso de paz norirlandés, la idea sería separar formalmente negociaciones políticas y cuestiones militares.
El grupo armado clandestino decretó primero el 22 de marzo un “alto el fuego permanente”. Después, el 29 de junio, José Luis Rodríguez Zapatero anunció al Congreso de los Diputados que su Gobierno iba a “entablar un diálogo con ETA” que no abordaría las cuestiones políticas (es decir la independencia del País Vasco). Estas últimas, afirmó, “sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular”. A continuación agregó que respetará las decisiones que los ciudadanos vascos tomen libremente, en (...)