“Usted es responsable del mantenimiento del orden en Atenas y debe neutralizar o destruir a todas las facciones del EAM-ELAS (Frente de Liberación Nacional - Ejército Popular de Liberación Nacional) que se acerquen a la ciudad. Tome todas las medidas que considere necesarias para asegurar el control de las calles y rodear a todos los grupos de agitadores. (...) Lo mejor sería naturalmente que sus órdenes fueran refrendadas por un Gobierno griego. (...) Sin embargo, no dude en actuar como si estuviera en una ciudad conquistada donde hubiera estallado una revuelta local. (...) Necesitamos ocupar y dominar Atenas. Sería muy bueno que usted lo lograra, de ser posible, sin derramamiento de sangre, a menos que resulte inevitable”.
El hombre que escribió estas líneas es ni más ni menos que el Primer Ministro británico Winston Churchill. Estamos en diciembre de 1944; las tropas nazis aún resistían a los aliados, que se atascaban (...)