Las polémicas sobre la ley del 23 de febrero de 2005 y sobre su artículo 4 ocultaron que ese texto había sido el fruto de una larga meditación, una preparación minuciosa de grupos organizados, así como la mención, durante su gestación, del proyecto de Memorial que debería abrir sus puertas en Marsella a comienzos de 2007, reflejando también la voluntad de imponer una lectura de la Historia.
En efecto, este viejo plan de origen municipal e ideado por varias asociaciones de repatriados, al cual el Estado se asoció tardiamente, se apoya en un proyecto de ley presentado el 10 de marzo de 2004 ante la Asamblea Nacional en nombre del Primer Ministro, con una exposición de motivos particularmente clara: “Durante su presencia en Argelia, Marruecos, Túnez así como en los territorios antiguamente colocados bajo su soberanía, fueron múltiples las aportaciones francesas en los ámbitos científicos, técnicos, administrativos, culturales y también lingüísticos. (...)