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Progreso y desigualdades

Las dos caras de China

En el momento en el que Pekín ha anunciado una revisión al alza de su crecimiento, a punto de situarse como la cuarta potencia mundial, los dirigentes japoneses multiplican las declaraciones alarmistas acerca del aumento continuo del gasto militar chino. Pocas veces ha sido tan mala la relación entre los dos países, a pesar de los intercambios económicos. En China, los datos revisados muestran una recuperación del consumo -no igualitario- y un incremento en el peso del sector de los servicios.

por Martine Bulard, enero de 2006

Pekín. Entre el tercer y el cuarto periférico, al noreste. Unidad 798. Un hermoso complejo de edificios de ladrillos rojos estilo Bauhaus, donde conviven pasajes vanguardistas, modernos restaurantes y elegantes tiendas. Antes de ser un lugar de moda, esta antigua “danwei” (gran empresa estatal), que ocupa alrededor de un kilómetro, concebida en 1957 por especialistas de Alemania del este, en nombre de la “solidaridad socialista”, albergaba a unos 20.000 trabajadores para fabricar armamento chino. Eran los tiempos en que las grandes empresas tenían sus viviendas, sus escuelas, su centro de salud, su teatro... Los tiempos en que el complejo de Dashanzi, del que depende la Unidad 798, pretendía ser un modelo. Fue hace menos de quince años. Desde entonces, la “reforma económica” ha pasado por allí, arrasando con la producción, los trabajadores, sus familias.

Las fábricas abandonadas se oxidaban tranquilamente cuando un puñado de artistas transgresores decidió refugiarse en ellas. No (...)

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