Las ideas recibidas concernientes al Imperio Medio debieran figurar en primer plano. Desde hace tres años los especialistas nos explican que China está al borde del estallido, bajo el pretexto de que no respeta las “normas” (demasiadas inversiones, servicios insuficientes…). Bastó que Pekín adecuara su aparato estadístico a los criterios internacionales para que China pasara del 7º al 4º puesto del ranquin mundial, y que todo volviera al orden. Como escribe no sin humor Hong, el economista de Goldman Sachs, “estos últimos años muchos economistas prestigiosos han explicado que el alto nivel de inversiones en el PIB era un problema grave. Ahora resulta que era la máquina de rayos X (las estadísticas) la que tenía un problema, no el paciente”.
Otra fábula es la de la afluencia textil en Francia, que sería la causa de los despidos. En realidad, desde 2001 no ha habido aumentos de importaciones: se “estabilizaron en un (...)