No es ningún secreto que del exorcismo de demonios personales han surgido obras excelsas, y esta novela gráfica es un buen ejemplo de ello. Sólo con ojearla cualquier aficionado al noveno arte puede entender que haya recibido el Premio del Jurado en Angouleme 2016.
Pozla, aquejado de la peor enfermedad de Crohn, nos cuenta su lucha contra la dolencia, consigo mismo, y contra las miserias de la institución médica. Pero no desde una óptica clínica o desapasionada, sino poniendo todos los recursos del lenguaje del cómic al servicio de un expresionismo que nos recuerda nuestra condición animal. Realmente la capacidad que tiene el autor de expresar sentimientos como el miedo, la desesperanza, el amor y, sobre todo, el dolor, es digna de elogio. Y más cuando lo hace sin miramientos y desde la más absoluta honestidad, buscando más la comprensión que la compasión.
Leer su odisea es como lanzarse por un tobogán (...)