Sabido es que desde hace tiempo circula la fotocopia de una carta dirigida en la inmediata posguerra por Camilo José Cela a la dirección nacional de la Falange triunfadora. A mí me la dio Juan Carlos Onetti, y por algún rincón de mi casa andará. En ella el futuro y real premio Nobel ofrecía sus servicios para colaborar con los fascistas, indagando en sus círculos literarios. Ahora descubrimos, gracias a Gustavo Guerrero, que las posibles delaciones (me imagino la reacción de los receptores) fueron sólo el preludio de ciertas fugas del autor de la magnífica Mazurca para dos muertos.
Cuenta Guerrero que en 1953 Cela viajó por Colombia, Ecuador y Venezuela con el fin de escribir una novela, y que Joaquín Soler Serrano se atribuyó la idea y realización del proyecto: “A Camilo José Cela lo traje yo aquí para que conociera este país y escribiera un libro sobre Venezuela”. En (...)