Incluso los mejores especialistas pueden equivocarse. El libro del periodista François Fejtö comienza así: “17 de octubre de 1961: esta fecha será recordada por los autores de libros de Historia”. Ha quedado grabada, pero por otra razón distinta a la que él imaginaba. En la actualidad, ese día se asocia sobre todo al asesinato de decenas de manifestantes argelinos por parte de la policía parisina, mientras que, en su obra sobre el “gran cisma comunista”, Chine-URSS. La fin d’une hégémonie (“China-URSS. El final de una hegemonía”), publicado en 1964, Fejtö consideraba que marcaba “el final de la hegemonía soviética con respecto al movimiento comunista internacional”. En efecto, en la tribuna del XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y en presencia de la prensa occidental, el secretario general Nikita Kruschev se sintió obligado a vapulear a los comunistas albaneses, entonces prochinos.
Algunas décadas más tarde, dos cosas llaman (...)