Vladivostok es una ciudad torturada! Torturada, primero, por su situación geográfica. Imaginen una población de seiscientos mil habitantes, en el extremo de lo que es una península de treinta kilómetros de largo, que sólo posee dos vías de acceso. Una sinuosa, con dos carriles llenos de baches –que parecen cráteres–, y otra, con cuatro carriles, pero en la que los embotellamientos son proverbiales, peor que en Moscú, lo que es mucho decir.
Por supuesto, está el mito, al que todo remite en esta configuración fragmentada que ofrece zonas portuarias magníficamente parceladas. Este “Cuerno de Oro” –significado en español de su nombre en ruso–, dividido entre puertos militares y comerciales, se abre al Bósforo Oriental, y las pequeñas bahías que allí desembocan tienen nombres de leyenda: Diomedes, Ulises, Ajax, Patroclo... El lugar es fantástico, pero muy restringido. En la ciudad, prácticamente toda la costa está ocupada por instalaciones portuarias de acceso prohibido, (...)