La vida está bien si no te rindes fue la novela gráfica que encumbró a Seth, autor cuya evolución todavía habría de ofrecernos obras cumbre como George Sprott. Pero fue también con la que abandonó el relato autobiográfico. Pues bien, el presente recupera dos historias de juventud enraizadas en esa misma tradición.
La primera, que da título al conjunto por ser la de mayor entidad, cuenta la relación sentimental que mantuvo con Dunas, la esposa de su jefe. Se trata de un relato bastante tópico de amor y sexo entre un adolescente y una mujer madura. No obstante, contiene muchos elementos que lo hacen interesante a partir de los rasgos que caracterizan el estilo de Seth. La nostalgia y el sentimentalismo están desde luego presentes, aunque prima una exposición descarnada y sin excusas de su propia personalidad. La segunda historia, Dichosa la hora, cuenta la entereza con la que recibió una (...)