En junio de 2007, el portavoz Gregory Hartl, de la División de Desarrollo Duradero y Salud Ambiental, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostuvo que las actas de la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre la catástrofe de Chernóbyl, del 20 al 23 de noviembre de 1995, en Ginebra, habían sido publicadas. Pero nunca se han publicado; como tampoco las actas de la Conferencia de Kiev de 2001. La OMS, preguntada algo más tarde por los periodistas, reiteró su mentira, dando solamente como referencia resúmenes de las intervenciones en Kiev y una selección muy restrictiva (doce de varios cientos) de los artículos y presentaciones de la Conferencia de Ginebra. Y sólo se trataba de una parte del disimulo institucional.
Por eso, desde el 26 de abril de 2007, vigésimo primer aniversario de la catástrofe, uno o dos “piquetes” mantienen una presencia permanente frente a esta agencia de la ONU (...)