Primer día de enero de 2008. Hora cero. Bajo una gran pancarta que dice “Sin maíz no hay país”, miles de agricultores mexicanos forman una cadena humana en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos. Es el aniversario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) firmado el 1 de enero de 1994 entre Canadá, México y Estados Unidos. Los campesinos se manifiestan contra la liberalización total de los intercambios agrícolas que entra en vigor al comienzo de 2008. A partir de ahora el maíz, los porotos, el azúcar y la leche en polvo, productos básicos de la alimentación de los mexicanos, ya no tienen ningún impuesto a la importación.
En varias ciudades hay reclamaciones para que se renegocie el TLCAN. Según las organizaciones campesinas, el balance de este Tratado es indudable: “Dos millones de empleos agrícolas perdidos, dos millones de hectáreas en barbecho y ocho millones de (...)