En su discurso de apertura del Foro de Boao, el equivalente chino del Foro Económico Mundial de Davos (WEF, por sus siglas en inglés), el presidente chino Xi Jinping aludió, el pasado abril, a un nuevo orden internacional. Refiriéndose a Estados Unidos, rechazó [toda idea de] “guerra fría” y de “hegemonía” antes de declarar: “Hemos de promover la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión, profundizar la integración económica regional y consolidar las cadenas industriales y de suministro (...), con vistas a construir una economía mundial abierta (...) En la era de la globalización económica, la apertura y la integración constituyen una tendencia histórica indetenible. Los intentos por el ‘levantamiento de muros’ y el ‘desacoplamiento’ van en contra de las leyes económicas y las reglas de mercado”.
Este canto al liberalismo económico se ha convertido en un mantra del discurso oficial. Frente a los esfuerzos proteccionistas de Estados Unidos (...)