El informe que presentó a finales de noviembre el Grupo de Estudios sobre Irak es un símbolo de la situación que se vivirá en el 2007 en Oriente Próximo. El Informe recomienda al presidente George W. Bush que negocie con todas las partes internas y externas al conflicto y que tome medidas para retirar las fuerzas en un periodo de dos años. A la vez, establece un vínculo con otros conflictos en Oriente Próximo, especialmente el palestino-israelí. Sin embargo, la Casa Blanca parece poco dispuesta a escuchar que se negocie con Irán y Siria, ni muestra signos de modificar su apoyo a Israel. Esta oposición entre negociación y perspectiva regional frente a uso unilateral de la fuerza y visión parcial se proyectan sobre una región en la que cada situación tiene sus características pero todas forman un sistema conflictivo.
El 26 de noviembre pasado el Rey Abdulah de Jordania afirmó en (...)