La “batalla de la umma” –según la expresión utilizada por el secretario general de Hezbolá, el sayid Hassan Nasrallah, para describir la guerra entre el ejército israelí y su organización en julio de 2006– no movilizó demasiado a los distintos grupos que componen el espectro del islamismo suní en el Líbano. Sus panfletos y comunicados se dedicaban más a denunciar el “salvajismo” de los bombardeos israelíes que a proclamar un apoyo franco y masivo a los islamistas chiitas. Esta relativa discreción contrasta con la toma de posición de los Hermanos Musulmanes en Egipto o en Jordania, quienes manifestaron su solidaridad con Hezbolá, en sentido recto y figurado, durante toda la crisis.
Para entender las actitudes de las diversas corrientes del islamismo suní resulta necesario establecer diferentes niveles de análisis –el ideológico, el confesional y el político– y diferentes espacios de intervención –el local, el nacional y el regional–. Así, los (...)