“La experiencia es una escuela dura, pero no hay otra que instruya a los imbéciles”. Fallecido en 1790, Benjamin Franklin inventó el pararrayos, pero no podía prever la existencia de la Unión Europea… En la cual la experiencia no tiene ningún efecto sobre la instrucción.
Los pueblos, consultados de manera directa, rechazan el libre comercio; el Parlamento europeo, sin embargo, acaba de votar un nuevo tratado –esta vez con Canadá–. Sus principales disposiciones se van a aplicar sin esperar la eventual ratificación de los Parlamentos nacionales. Una segunda experiencia habría instruido a los imbéciles, incluso a los más empedernidos. Grecia, desangrada desde mayo de 2010 por los “remedios” de caballo del Eurogrupo, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, vuelve a acercarse al impago. Sin embargo, en su cuerpo repleto de equimosis se siguen inyectando jeringas mal esterilizadas, a la espera de que la derecha alemana decida expulsar a (...)