Las relaciones entre arte y política adquieren cada día nuevas formas y realidades, siendo la violencia un terreno privilegiado en el arte contemporáneo y un ingrediente perenne de nuestra cotidianidad mediática. Laocoonte podría muy bien ser una figura que –recordando una encrucijada de visiones, conflictos y trágicas malinterpretaciones que dieron pie a la entrada del caballo en Troya– nos acercara a este mundo marcado por el terror; no en vano, Laocoonte ha sido una imagen vinculada tradicionalmente a la violencia política. Así lo ha entendido Javier González de Durana, quien ha reunido a 34 artistas en una exposición en torno a la representación artística de la violencia política, reflexión que continúa él mismo en el catálogo junto a Eduardo González Calleja, José Luis Ledesma, Sandra Souto Kustrín y Fernando Castro Flórez.
En un mundo como el actual en el que el dolor ajeno es un fecundo manantial de consumo, parece más (...)