Quienes viajaron el verano pasado a Ereván, la capital armenia, no pudieron visitar ningún museo, ni caminar por la mayoría de las calles céntricas: los primeros estaban siendo restaurados, y las segundas en plena reconstrucción. Gracias a una generosa donación del millonario estadounidense de origen armenio Kirk Kirkorian, la ciudad está cambiando de aspecto.
Kirkorian, dueño -entre otras cosas- de los estudios Metro Goldwyn Mayer (MGM) en Hollywood, y de varios hoteles en Las Vegas, ya ha aportado, desde 2001, 170 millones de dólares para la construcción de carreteras y viviendas en las regiones con riesgos sísmicos. La ayuda incluye préstamos a pequeñas empresas. La suma mencionada, equivalente a un tercio del presupuesto anual del Estado, crea empleos para 20.000 personas.
Gerard Cafesjian, otro armenio instalado en Estados Unidos, ha destinado cerca de 25 millones de dólares para terminar de renovar el “Cascade”, un conjunto municipal que debe su nombre a una (...)