En 1967, hace casi 40 años, estaba radicado en Santiago de Chile, trabajaba en la Universidad y escribía para The Guardian de Londres. En enero de aquel año, me enteré por amigos de la izquierda chilena que el Che Guevara estaba en Bolivia; en marzo se produjo el primer brote de guerrilla. A partir del mes de abril varios periodistas desembarcaron en el campamento de Ñancahuazú, cerca de la ciudad petrolera de Camiri. Poco después, un pequeño grupo salió del campamento, fue capturado y llevado hacia Camiri. Al mismo tiempo, se publicaban en La Habana los últimos escritos del Che, bajo la forma de una compilación titulada Crear dos, tres... muchos Vietnam, una llamada a la lucha para la izquierda internacional.
Decidí viajar a Bolivia para verificar por mi cuenta si ese país era realmente un lugar propicio para iniciar una nueva guerra de Vietnam. Había muy pocas noticias a nivel (...)