La aritmética no deja lugar a dudas: en 2005, cuando Evo Morales llegó al Palacio Quemado empujado con un inédito 53,7% de los votos, su partido sólo conquistó tres de las nueve prefecturas (hoy llamadas gobernaciones bajo el nuevo régimen autonómico); ahora gobernará seis con el aval de las urnas. También controlará más del 60% de las alcaldías. Y si en la esquiva Santa Cruz tenía once gobiernos locales, ahora gestionará veinticinco y es el partido con más cantidad de municipios en esa región.
Aunque la derecha se quedó con la gobernación cruceña por amplio margen, en Tarija y Beni la oposición retuvo los gobiernos departamentales con el MAS pisándole los talones, por lo que el oficialismo tendrá una buena cantidad de representantes en los nuevos consejos departamentales (una suerte de parlamentos locales). Por eso, los gobernadores opositores reelectos hicieron gala de un discurso conciliador hacia el poder central. Sin duda, (...)