Se necesita una eurofascinación congénita de un cronista como la de Bernard Guetta para considerar que “el compromiso es, sin lugar a dudas, el modo de funcionamiento europeo” (France Inter, 23 de junio de 2015). Lejos de los estudios de esta emisora, el espejismo se disipa.
Esta epifanía se debe en gran parte al Primer Ministro británico. Reelegido por mayoría en la Cámara de los Comunes el pasado 8 de mayo, el conservador David Cameron anunció rápidamente que, a imagen de Alexis Tsipras, él deseaba volver a negociar los tratados europeos. La respuesta de Wolfgang Schäuble fue: “¡Por supuesto!”. A quienes le asombró que el veredicto fuera diferente al reservado para Atenas, el Ministro de Economía alemán explicó: “Tenemos interés en que el Reino Unido siga siendo un actor importante y comprometido en la construcción europea”. (Wall Street Journal, 20 de mayo). A ojos de Schäuble y de sus colegas europeos, (...)