Una revolución pacífica está cambiando las relaciones entre Etiopía y Eritrea. Desde la guerra de 1998-2000, ambos países convivían con algunas escaramuzas, como la intervención militar de Adís Abeba en Somalia en 2006 contra los aliados de Asmara. En ambas capitales, el autoritarismo reinante a menudo invocaba la amenaza de un nuevo conflicto con el país vecino.
Etiopía abrió el baile del cambio, en abril de 2018, con el acceso al cargo de primer ministro de Abiy Ahmed, un perfecto desconocido. Alto cargo en la Information Network Security Agency, el sistema nacional de control de Internet y de la red de telefonía, forma parte de la etnia oromo, de la cual numerosos miembros se consideran secesionistas. Con el objetivo de frenar el declive del régimen del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), puso en marcha inmediatamente una ola de reformas: la liberación de los presos políticos, la apertura de los (...)