Hacia las 11.30 del 2 de diciembre de 2005, en una zona rural cercana a la ciudad de Pando, una estudiante de arqueología de la Universidad de la República descubrió, en una extraña excavación, un hueso que después se identificó como un peroné humano. Al cabo de una hora y media de meticuloso trabajo, apareció un esqueleto completo. Al poco tiempo aterrizó en el lugar un helicóptero de la Fuerza Aérea uruguaya. A bordo se encontraba el presidente de la República Tabaré Vázquez y su ministra de Defensa Azucena Berrutti. Se trataba del primer descubrimiento de uno de los aproximadamente 260 detenidos desaparecidos durante la dictadura (1973-1984) –un obrero comunista muerto bajo tortura en 1974, pero que los militares de esa época habían declarado que “se había dado a la fuga”–.
Durante los primeros gobiernos democráticos tras la dictadura, las investigaciones relativas a violaciones de los derechos humanos no avanzaron mucho. (...)