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Cartas de los lectores

Ecuador

Después de la publicación de la entrevista del presidente de Ecuador Lenín Moreno (Le Monde diplomatique en español, abril de 2018), el expresidente Rafael Correa nos escribe:

por Carlos Correa, junio de 2018

En la entrevista realizada por Ignacio Ramonet, Lenín Moreno mintió a Le Monde diplomatique edición española, como lo viene haciendo en Ecuador.

Con la Revolución Ciudadana, entre 2007 y 2017, Ecuador fue el país de Latinoamérica que más redujo desigualdad, con una caída del coeficiente de Gini de 8 puntos, reducción cuatro veces superior al promedio regional. Fuimos también uno de los tres países latinoamericanos que más disminuyeron la pobreza por ingresos, reduciéndose de 37,6% a 22,9%, al igual que la extrema pobreza, de 16,9% a 8,7%.

Mientras que América Latina creció 2,9%, Ecuador logró un crecimiento promedio de 3,2%, pese a dos años muy duros, 2015-2016, que denominamos la “Tormenta Perfecta”: desplome de exportaciones –10% del PIB–; desplome de ingresos netos fiscales –12% del PIB–; y fuerte apreciación del dólar –en promedio 30%–, la moneda de curso legal. Además, un terremoto de 7,8 en la escala de Richter en abril de 2016, que produjo centenas de fallecidos y pérdidas materiales por más de 3% del PIB.

En valores absolutos se invirtió 4,3 veces más en educación y 4,5 veces más en salud que en el decenio anterior; casi se triplicó el salario mínimo; y la clase media pasó del 19% al 43%. La excelente gestión en política económica permitió superar la “Tormenta Perfecta” en tiempo récord, con el mínimo costo, y sin aumentar pobreza ni desigualdad, algo inédito en la región.

Indudablemente fue gracias a nuestras políticas de reactivación que Ecuador creció 3% en 2017, muy por encima del promedio latinoamericano. Pese a ello, con el actual Gobierno, por primera vez en diez años, ha vuelto a crecer la pobreza. Desde que asumió la Presidencia de Ecuador, Lenín Moreno adoptó el programa de la derecha derrotada en las urnas y se entregó a los grupos de poder.

Moreno aseguró que “el presidente (Rafael Correa) creyó que la forma de salir adelante era mediante un endeudamiento agresivo que ahora nos toca pagar”. La verdad es que, a finales de 2017, la deuda pública total era 32,5% del PIB, por debajo del techo legal del 40% establecido por mi Gobierno en 2010, y muy por debajo del histórico. El servicio de la deuda en la Proforma Presupuestaria 2018 es 6.444 millones de dólares y no 12.000 millones de dólares, como Moreno aseveró. Todos los reportes internacionales nos ponen como un país de bajo endeudamiento.

No existe ningún decreto presidencial de “secretismo de la deuda”. Lo que existe es un acuerdo ministerial, perfectamente legal, de confidencialidad en ciertos tramos, para protegernos de fondos buitres, por la muy dura pero exitosa renegociación de deuda del 2008.

La enmienda constitucional para permitir la postulación indefinida para todos los cargos electivos del país, presentada en la Asamblea Nacional, cumplió con todos los requisitos constitucionales, incluyendo el respectivo control constitucional, donde el informe de la máxima Corte fue favorable en forma contundente. Apoyé la enmienda con la condición de incluir una transitoria para impedir mi reelección inmediata y la de los asambleístas que votaran a favor, pese a que todas las encuestas me daban la victoria en una sola vuelta.

“Eso crea círculos de corrupción”, dijo Moreno a Le Monde diplomatique edición española. La verdad es que el caso Odebrecht, ocurrido en 12 países, es utilizado para difamar a mi Gobierno, diciendo que intentamos encubrirlo. Dejé el cargo el 24 de mayo del 2017 y las delaciones de los funcionarios corruptos de Odebrecht recién se conocieron el 1 de junio. Fue en el Gobierno de Moreno que ni siquiera se acusó a los corruptos confesos de Odebrecht.

Moreno fue vicepresidente seis años; delegado en Ginebra, cuatro; y vicepresidente nacional de Alianza PAIS, diez. Su argumento de corrupción generalizada es insostenible, a no ser que haya sido cómplice.

El referéndum del 4 de febrero pasado, por primera vez en la historia, careció de dictamen constitucional. 36 organizaciones se unieron con el Gobierno, en una multimillonaria campaña, para promover el SÍ. Pese a las preguntas inducidas, al total involucramiento de la prensa, a no tener partido, a la violencia en campaña, y a la censura mediática, la Revolución Ciudadana obtuvo en promedio más del 36% de votos en las preguntas donde promovió el NO, ratificándose como la principal fuerza política del país.

Cabe indicar que las gravísimas irregularidades fueron claramente señaladas por la misión de observadores de la OEA. Las barbaridades fueron tales como leyes retroactivas –pregunta 2– y terminar con la división de poderes –pregunta 3–. A través de un Consejo de Participación Ciudadana “transitorio”, nombrado a dedo por el Ejecutivo y con atribuciones no constitucionales, se gobierna fuera de toda ley. El Consejo destituye autoridades como el Defensor del Pueblo –atribución exclusiva de la Asamblea–, y las sustituye con sus designados.

“Seiscientas obras tienen problemas de sobreprecios”, manifestó Moreno. Agradecería a Le Monde diplomatique edición española que pida la lista de esas obras, especificando los supuestos vicios. Sencillamente, no existe. Se manipula el llamado “reajuste de precios”, perfectamente normal y legal, para confundirlo con “sobreprecio”, lo cual es corrupción.

No perderemos el tiempo desmintiendo muchas otras falsedades, algunas rayando en lo ridículo como la cámara de vigilancia en su despacho, hecho desmentido posteriormente por la propia Fiscalía, o supuestas “guardias pretorianas”, que no es otra cosa que el servicio civil de protección de autoridades, con un plazo de diez años para su implementación, siguiendo, paradójicamente, el modelo de Estados Unidos.

Nosotros dialogamos todos los días, sin show ni sometimientos, y confrontamos cuando lo tuvimos que hacer, como es ineludible en el continente más desigual del planeta. Me hubiera gustado ver a Abraham Lincoln liberando a los esclavos con el aplauso de los esclavistas.

Si no fuera por la destrucción y los retrocesos históricos, el llamarse “gente de izquierda” sería tan solo un mal chiste.

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Carlos Correa

Director del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico, Universidad de Buenos Aires, Consejero especial del Centro Sur para la propiedad intelectual.