¿Qué tienen en común Mombasa (Kenia), El Pireo, Róterdam, Yibuti, Gwandar (Pakistán), Esmirna, Valencia, Sines (Portugal), Trieste y Bagamoyo (Tanzania)? Son algunas de las cuentas del “collar de perlas” que conforman la Ruta Marítima de la Nueva Ruta de la Seda –OBOR en sus siglas inglesas–, One Belt, One Road, esto es, un cinturón, un camino.
A finales de abril de 2019 tuvo lugar en Pekín la segunda cumbre del OBOR, donde participaron más de cinco mil personas de 150 países, entre ellos, 37 jefes de Estado, superando la convocatoria de la primera cumbre celebrada en 2015. En la actualidad ya hay cuarenta países involucrados directamente en el proyecto: seis en África –incluidos Egipto, Kenia y Nigeria-; diez en Europa– incluidos Portugal, Italia, Grecia, Suiza y Luxemburgo–; diecinueve en Asia –incluidos Rusia, Indonesia, Malasia, Pakistán y Turquía–; tres en Oceanía; y Panamá y Argentina en América.
Prácticamente todos ellos han firmado los (...)