Un hombre equipado con dos fusiles automáticos abate a 26 personas –entre ellas, 20 niños– en una escuela de primaria de Newtown (Connecticut) el 14 de diciembre de 2012. Es el séptimo asesinato múltiple del año en Estados Unidos. “Estas tragedias tienen que terminar”, declaró el presidente Barack Obama, antes de anunciar la creación de una comisión para el control de las armas de fuego. Poco después, las ventas de los comerciantes de armas alcanzaban un nivel histórico en Tennessee. En cinco Estados, la cadena comercial Walmart se enfrentó al desabastecimiento de sus stocks de armas semiautomáticas; y 100.000 nuevos miembros se unieron a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), el poderoso grupo de presión de las armas de fuego (4.300.000 afiliados).
El 16 de enero de 2013, Obama anuncia las medidas elaboradas por la Comisión (prohibición de los fusiles de asalto, de los cargadores de (...)