En el contexto de una Europa convulsa por los efectos de la II Guerra Mundial y necesitada de respuestas ante los movimientos masivos y forzados de la población, nació la Convención de Ginebra de 1951. Este primer instrumento internacional de protección del refugiado, que se complementa con la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, establece un marco de derechos y un sistema de protección para las víctimas obligadas a salir de sus países, huyendo de guerras, conflictos y persecuciones. Y también aporta una definición consensuada del término refugiado, que define como aquella persona con temores fundamentados a ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo u opiniones políticas. Así empieza esta publicación bimensual en catalán, editada por la Fundació Centre d’Informació i Documentació Internacionals en Barcelona, que dedica el monográfico a “Refugiados del siglo XXI: nuevas formas de persecución”.
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DCidob
Nº 91. Otoño 2004
marzo de 2005
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